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Un nuevo estudio ha revelado que las galaxias enanas menos evolucionadas experimentan un retraso de diez millones de años en expulsar el gas que abarrota sus entornos, lo que permite que más estrellas se fusionen y evolucionen. En estas galaxias enanas, estrellas masivas colapsan en agujeros negros en lugar de explotar como supernovas, lo que genera un fenómeno conocido como superviento colectivo. En cambio, en galaxias más evolucionadas y contaminadas, como nuestra Vía Láctea, es más probable que las estrellas exploten y detengan rápidamente la formación de estrellas.
Los investigadores argumentan que en entornos galácticos de baja metalicidad y relativamente no contaminados, hay un retraso de 10 millones de años en el inicio de fuertes supervientos, lo que resulta en una mayor formación de estrellas. Este retraso permite a los astrónomos observar escenarios similares al amanecer cósmico, un período de tiempo justo después del Big Bang. Observar galaxias enanas de baja metalicidad con mucha radiación ultravioleta es similar a mirar hasta el amanecer cósmico, lo que brinda información valiosa sobre el momento cercano al Big Bang y el inicio del universo.
Un nuevo estudio ha descubierto que las galaxias enanas menos evolucionadas experimentan un retraso de diez millones de años en expulsar el gas que abarrota sus entornos. Este retraso permite que más estrellas se fusionen y evolucionen en estas galaxias. En lugar de explotar como supernovas, las estrellas masivas en estas galaxias colapsan en agujeros negros, generando un fenómeno conocido como superviento colectivo. En cambio, en galaxias más evolucionadas y contaminadas, como nuestra Vía Láctea, es más probable que las estrellas exploten y detengan rápidamente la formación de estrellas.
Los investigadores argumentan que en entornos galácticos de baja metalicidad y relativamente no contaminados, hay un retraso de 10 millones de años en el inicio de fuertes supervientos, lo que resulta en una mayor formación de estrellas. Este retraso ofrece a los astrónomos la oportunidad de observar escenarios similares al amanecer cósmico, un período de tiempo justo después del Big Bang. Observar galaxias enanas de baja metalicidad con mucha radiación ultravioleta es similar a mirar hasta el amanecer cósmico, lo que brinda información valiosa sobre el momento cercano al Big Bang y el inicio del universo.
Un estudio reciente ha revelado que las galaxias enanas menos evolucionadas experimentan un retraso de diez millones de años en expulsar el gas que abarrota sus entornos. Este retraso permite que más estrellas se fusionen y evolucionen en estas galaxias. En contraste, en galaxias más evolucionadas y contaminadas, como nuestra Vía Láctea, las estrellas explotan y generan un superviento colectivo que detiene rápidamente la formación de estrellas.
Los investigadores argumentan que en entornos galácticos de baja metalicidad y relativamente no contaminados, hay un retraso de 10 millones de años en el inicio de fuertes supervientos, lo que resulta en una mayor formación de estrellas. Este retraso ofrece a los astrónomos la oportunidad de observar escenarios similares al amanecer cósmico, un período de tiempo justo después del Big Bang. Estudiar galaxias enanas de baja metalicidad con mucha radiación ultravioleta permite obtener información valiosa sobre el momento cercano al Big Bang y el inicio del universo.
Un nuevo estudio ha descubierto que las galaxias enanas menos evolucionadas experimentan un retraso de diez millones de años en expulsar el gas que abarrota sus entornos. Este retraso permite que más estrellas se fusionen y evolucionen en estas galaxias. En cambio, en galaxias más evolucionadas y contaminadas, como nuestra Vía Láctea, las estrellas explotan y detienen rápidamente la formación de estrellas.
Los investigadores argumentan que en entornos galácticos de baja metalicidad y relativamente no contaminados, hay un retraso de 10 millones de años en el inicio de fuertes supervientos, lo que resulta en una mayor formación de estrellas. Este retraso ofrece a los astrónomos la oportunidad de observar escenarios similares al amanecer cósmico, un período de tiempo justo después del Big Bang. Estudiar galaxias enanas de baja metalicidad con mucha radiación ultravioleta brinda información valiosa sobre el momento cercano al Big Bang y el inicio del universo.