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El primer aniversario de la aplicación ChatGPT ha sido motivo de celebración, ya que se ha convertido en la aplicación más exitosa de todos los tiempos. Con más de cien millones de usuarios, ChatGPT ha revolucionado el mundo de la tecnología y se ha convertido en el líder de una carrera por la inteligencia generativa en la que participan grandes empresas como Google, Microsoft y Amazon.
Sin embargo, a pesar de su éxito, ChatGPT presenta varios defectos que aún no han sido solucionados. Uno de ellos es su tendencia a regurgitar el trabajo de artistas y profesionales, lo que ha alterado el mercado de las industrias creativas y ha generado demandas por infracción de derechos de autor. Además, la aplicación tiende a inventarse libros y acontecimientos que nunca han tenido lugar, lo que demuestra que su inteligencia es estadística y no cognitiva.
Uno de los principales problemas de ChatGPT es su alto consumo de agua y electricidad. Según un estudio realizado por la Universidad de California, una conversación con ChatGPT consume aproximadamente 50 centímetros cúbicos de agua, lo que multiplicado por los millones de usuarios mensuales puede tener un impacto crítico en el medio ambiente. Además, el entrenamiento de GPT-3 en los centros de datos de Microsoft en Estados Unidos consumió directamente 700.000 litros de agua en aproximadamente un mes, sin tener en cuenta el uso indirecto de agua asociado a la generación de electricidad.
Esto plantea un desafío para las grandes empresas de tecnología, ya que se estima que los centros de datos que mantienen los modelos de IA utilizan más de mil millones de litros de agua al día. Es necesario encontrar soluciones sostenibles para reducir el impacto ambiental de estas aplicaciones y garantizar un desarrollo responsable en el campo de la inteligencia artificial.
A pesar de su éxito, ChatGPT ha generado problemas legales y éticos. Al haber sido entrenada indiscriminadamente con contenidos de internet, la aplicación ha generado demandas por infracción de derechos de autor y ha alterado el mercado de las industrias creativas. Además, su capacidad para generar contenido falso, como imágenes, voces y acontecimientos, plantea un desafío para distinguir la ficción de la realidad.
Otro problema grave es la producción de pornografía no consentida, que ha generado situaciones de humillación y vejación especialmente para niñas y mujeres. Estos desafíos legales y éticos deben ser abordados de manera urgente para garantizar un uso responsable y seguro de la inteligencia artificial en beneficio de la sociedad.