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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado una extensa orden ejecutiva con el objetivo de impulsar el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y mejorar su seguridad. Esta orden establece una serie de directrices que las agencias federales deberán seguir en el próximo año, abarcando áreas que van desde la seguridad nacional y la inmigración hasta la vivienda y la atención médica.
La orden impone requisitos de información a las empresas que desarrollan tecnología de IA de gran alcance, como la que se encuentra detrás de los grandes modelos de IA. Entre estos requisitos se incluye la divulgación de los resultados de los llamados ejercicios de red teaming, que están destinados a revelar vulnerabilidades en los modelos de IA. Además, la orden exige a las empresas que adquieren, desarrollan o poseen tecnología de IA a gran escala, que reporten su actividad al gobierno federal. Esta medida tiene como objetivo ayudar al gobierno a comprender qué entidades, incluidas las de las naciones que compiten con Estados Unidos, cuentan con capacidades avanzadas de dicha tecnología. La orden ejecutiva también encomienda al Departamento de Energía de EE.UU. que evalúe el modo en que los ataques de IA pueden afectar a la red eléctrica del país o a otros aspectos críticos de la infraestructura.
Las medidas de la orden ejecutiva de Biden destinadas a impulsar la inteligencia artificial del Gobierno de Estados Unidos incluyen la creación de un portal específico alojado en AI.gov para atraer a más expertos e investigadores familiarizados con la tecnología. Otra iniciativa pide la creación de un programa de becas para formar a 500 investigadores en IA para 2025. La orden también exige medidas para facilitar que los talentos de la IA viajen a Estados Unidos. Esto ayudaría a atraer a expertos en IA del extranjero, para competir con otras naciones como China, Canadá o el Reino Unido.
La nueva orden ejecutiva de Biden reconoce que los proyectos de IA podrían ser perjudiciales para los ciudadanos si no se aplican con cuidado. Por ello, pide a la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca que elabore guías y herramientas para ayudar a tomar decisiones acertadas a los funcionarios que adquieran servicios de IA a empresas privadas. Sin embargo, la nueva orden ejecutiva no afectará en gran medida a algunos de los casos de uso gubernamental más cruciales de la inteligencia artificial en Estados Unidos, ya que las directrices de Biden se aplican a los organismos federales, pero gran parte de la IA utilizada en la justicia penal y la policía es empleada por las fuerzas de seguridad estatales y locales. Esta es la primera orden ejecutiva de Biden centrada exclusivamente en la inteligencia artificial, y se suma a dos del expresidente Trump, en 2019 y 2020. Si la nueva orden de Biden funciona según lo previsto, expandirá significativamente la capacidad de la nación en el campo de la IA.