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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reafirmado su compromiso en la lucha contra la poliomielitis y el poliovirus. A pesar de los avances logrados en los últimos años, el objetivo de erradicar por completo la enfermedad aún no se ha alcanzado. Sin embargo, se espera que el año 2023 sea crucial en este sentido.
La vacunación es una de las herramientas más efectivas para prevenir la poliomielitis. La OMS recomienda la administración de la vacuna trivalente inactivada (IPV) en los programas de vacunación de todos los países. Esta vacuna ha demostrado ser segura y eficaz en la prevención de la enfermedad.
Recientemente, se ha desarrollado una nueva vacuna atenuada frente al poliovirus tipo 2 (nOPV2). Esta vacuna ha mostrado una inmunogenicidad no inferior a la vacuna tradicional, así como una mayor estabilidad genética y una menor excreción fecal. Sin embargo, su uso en escenarios reales ha generado algunas dudas sobre su potencial interferencia cuando se utiliza para el control de brotes en regiones donde se utiliza la vacuna bivalente clásica.
A pesar de los avances en la vacunación y la vigilancia de la enfermedad, todavía existen desafíos en la erradicación de la poliomielitis. La detección de casos de polio causados por virus derivados de las vacunas ha planteado preocupaciones sobre la efectividad de las estrategias actuales. Además, la falta de financiación y el compromiso político han obstaculizado los esfuerzos para eliminar por completo la enfermedad.
A pesar de los desafíos, la interrupción de la transmisión de los poliovirus está al alcance. Se espera que en el año 2024 se logre este objetivo tan esperado. Para ello, es necesario fortalecer las estrategias de vacunación, mejorar la vigilancia de la enfermedad y garantizar la disponibilidad de vacunas adecuadas.
En conclusión, la lucha contra la poliomielitis y el poliovirus continúa. Aunque el objetivo de erradicar por completo la enfermedad aún no se ha alcanzado, se espera que el año 2023 sea crucial en este sentido. La vacunación sigue siendo la herramienta más efectiva para prevenir la enfermedad, y se han desarrollado nuevas vacunas que muestran promesas. Sin embargo, todavía existen desafíos en la erradicación de la poliomielitis, como la detección de casos de polio causados por virus derivados de las vacunas. A pesar de estos desafíos, la interrupción de la transmisión de los poliovirus está al alcance, y se espera que se logre en el año 2024. Para lograr este objetivo, es necesario fortalecer las estrategias de vacunación y garantizar la disponibilidad de vacunas adecuadas.