Physical Address
304 North Cardinal St.
Dorchester Center, MA 02124
Physical Address
304 North Cardinal St.
Dorchester Center, MA 02124
Científicos de la Universidad Estatal del Norte de California han logrado un gran avance en la descomposición efectiva de plásticos en entornos marinos. Mediante la modificación genética de una bacteria marina, han logrado que esta pueda descomponer el tereftalato de polietileno (PET), un plástico comúnmente utilizado en botellas de agua y ropa, que contribuye significativamente a la contaminación por microplásticos en los océanos. Este descubrimiento tiene importantes implicaciones para la conservación de los océanos y la gestión sostenible de los residuos plásticos.
El objetivo de esta investigación es convertir los plásticos descompuestos en productos reutilizables en lugar de simplemente retirarlos y desecharlos en vertederos. Para lograr esto, los científicos trabajaron con dos especies de bacterias. La primera, Vibrio natriegens, es una bacteria que prospera en agua salada y tiene un rápido ciclo de reproducción. La segunda, Ideonella sakaiensis, es conocida por producir enzimas que pueden descomponer el PET.
Los investigadores extrajeron el ADN de I. sakaiensis, que contiene las enzimas responsables de la descomposición del plástico, y lo incorporaron en un plásmido. Los plásmidos son secuencias genéticas que pueden replicarse en células, independientemente de su cromosoma. Luego, introdujeron el plásmido en V. natriegens, lo que permitió que esta bacteria produjera las enzimas necesarias en su superficie. Los resultados demostraron que V. natriegens modificada genéticamente podía descomponer el PET en un ambiente de agua salada a temperatura ambiente, marcando un hito importante en la capacidad de expresar enzimas foráneas en la superficie de sus células.
Aunque este avance es destacado, los científicos reconocen que aún existen desafíos importantes para lograr que las bacterias genéticamente modificadas sean una solución escalable. En primer lugar, buscan incorporar directamente el ADN de I. sakaiensis en el genoma de V. natriegens para lograr una producción de enzimas más estable. En segundo lugar, planean modificar aún más V. natriegens para que pueda alimentarse de los subproductos de la descomposición del PET. Y por último, necesitan modificar V. natriegens para producir un producto final útil a partir del PET, como una molécula que pueda ser una materia prima útil para la industria química.
Este avance científico representa una esperanza en la lucha contra la contaminación por plástico en los océanos. Si se logra superar los desafíos pendientes, esta bacteria modificada genéticamente podría ser una solución efectiva y económica para descomponer plásticos en entornos marinos. Además, la posibilidad de convertir los plásticos descompuestos en productos reutilizables contribuiría a la gestión sostenible de los residuos plásticos y a la conservación de los ecosistemas marinos. Sin duda, este descubrimiento marca un gran paso hacia un futuro más limpio y libre de contaminación plástica en nuestros océanos.