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San Lorenzo Ruiz, el primer santo filipino y mártir del Extremo Oriente, es recordado y celebrado el 28 de septiembre en el santoral católico. Nacido alrededor del año 1600 en Manila, Ruiz fue un laico católico y padre de familia. Desde joven, se formó en la fe católica y sirvió en la Confraternidad del Santo Rosario como misionero dominico.
Aunque en un principio China mostró tolerancia hacia la religión cristiana, la situación cambió en 1633 cuando el líder supremo militar de Japón, el Shogun Tokagawa Yemitsu, ordenó la persecución de todos los fieles de la nueva religión. En ese contexto, Lorenzo Ruiz fue acusado injustamente de un asesinato y se vio obligado a buscar refugio en un barco junto a tres sacerdotes dominicos y un laico enfermo de lepra.
Desafortunadamente, el barco fue apresado en Okinawa y todos los tripulantes fueron torturados hasta la muerte por no renunciar a su fe cristiana. Lorenzo Ruiz y sus compañeros mártires, que incluían a nueve japoneses, cuatro españoles, un francés y un italiano, se mantuvieron firmes en su creencia hasta el último momento.
La valentía y el testimonio de fe de San Lorenzo Ruiz y sus compañeros mártires no pasaron desapercibidos. En 1981, el Papa Juan Pablo II los beatificó en Manila y, seis años después, en 1987, fueron canonizados. San Lorenzo Ruiz se convirtió en el primer santo canonizado de Filipinas y del Extremo Oriente.
Hoy en día, San Lorenzo Ruiz es venerado como el santo patrón de los filipinos y de los mártires. Su vida y martirio son un ejemplo de fortaleza y fidelidad a la fe cristiana, inspirando a muchos a seguir su ejemplo de amor y entrega a Dios.
Cada año, el 28 de septiembre, la Iglesia católica celebra la festividad de San Lorenzo Ruiz. En Filipinas, su país natal, se llevan a cabo diversas actividades religiosas y culturales para honrar a este santo y mártir. Las iglesias se llenan de fieles que acuden a rezar y a pedir la intercesión de San Lorenzo Ruiz en sus vidas.
Además, se realizan procesiones y se llevan a cabo representaciones teatrales que recrean la vida y el martirio de San Lorenzo Ruiz. Estas celebraciones son una oportunidad para fortalecer la fe y recordar el legado de este valiente santo filipino.
En otras partes del mundo, también se realizan misas y se rezan novenas en honor a San Lorenzo Ruiz. Los fieles buscan su intercesión en momentos de dificultad y le piden su protección y ayuda en sus necesidades espirituales y materiales.
La vida de San Lorenzo Ruiz nos enseña la importancia de mantenernos firmes en nuestra fe, incluso en medio de la persecución y las dificultades. Su testimonio de amor a Dios y su disposición para dar la vida por su fe son un recordatorio de que la fe cristiana no siempre es fácil, pero vale la pena luchar por ella.
En un mundo donde la libertad religiosa a menudo se ve amenazada, San Lorenzo Ruiz nos inspira a ser valientes y a no renunciar a nuestra fe. Su ejemplo nos anima a vivir nuestra fe con autenticidad y a ser testigos del amor de Dios en todas las circunstancias de nuestra vida.
En conclusión, San Lorenzo Ruiz, el primer santo filipino y mártir del Extremo Oriente, es recordado y celebrado el 28 de septiembre en el santoral católico. Su vida y martirio son un ejemplo de valentía y fidelidad a la fe cristiana, inspirando a muchos a seguir su ejemplo de amor y entrega a Dios. En su festividad, los fieles de todo el mundo se unen para honrar a este santo y pedir su intercesión en sus vidas. Que la vida de San Lorenzo Ruiz nos inspire a vivir nuestra fe con valentía y a ser testigos del amor de Dios en el mundo.