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En la madrugada de este lunes, la región de Huancavelica en Perú se vio sacudida por una tragedia. Un autobús de pasajeros que viajaba entre las ciudades de Huancayo y Huanta se precipitó por un abismo de más de 200 metros de profundidad. El saldo fue devastador, con al menos 24 personas fallecidas y otras 21 heridas, entre ellas tres menores de edad. El accidente ocurrió en una zona remota de la provincia de Churcampa, a más de 650 kilómetros de Lima.
Las autoridades peruanas están llevando a cabo una investigación para determinar las causas exactas del accidente. Según los informes preliminares, el conductor del autobús se habría despistado, lo que habría llevado al trágico desenlace. La Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías ha confirmado que el vehículo tenía todos los permisos en regla para operar.
Varios residentes de la zona han denunciado el pésimo estado de la carretera donde ocurrió el accidente. Según ellos, la vía presenta numerosos cráteres y no ha recibido trabajos de mantenimiento adecuados. Además, señalan que las condiciones climáticas, como las lluvias, pueden empeorar aún más la situación. La falta de atención por parte del Ministerio de Transportes ha sido criticada, ya que no se han realizado las mejoras necesarias para garantizar la seguridad de los conductores y pasajeros.
Las autoridades locales y los servicios de emergencia respondieron rápidamente al accidente. Bomberos, policías y personal sanitario se desplazaron al lugar de los hechos para llevar a cabo las labores de rescate y atención a los heridos. La empresa propietaria del autobús, Molina Unión, ha expresado su pesar por lo ocurrido y ha asegurado que se hará cargo de los afectados desde el primer momento.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, ha prometido brindar atención inmediata a los heridos y a las familias de las víctimas. Se ha dispuesto que el ministro de Salud y su equipo se encarguen de brindar la asistencia necesaria. Sin embargo, la tragedia ha generado una gran indignación entre los familiares de los fallecidos, quienes han manifestado su ira incendiando llantas en la sede de la empresa Molina.
Este trágico accidente en Huancayo no es un caso aislado en Perú. Los accidentes viales de esta magnitud son lamentablemente habituales en el país, debido a la imprudencia de los conductores, el mal estado de las carreteras y las difíciles condiciones geográficas. Según el Consejo Nacional de Seguridad Vial, alrededor de 3,000 personas mueren cada año en accidentes de tráfico en Perú, y unas 55,000 resultan heridas.
En conclusión, la tragedia en Huancavelica ha dejado un profundo impacto en la región. Las autoridades continúan investigando las causas del accidente, mientras que la empresa de transporte y el gobierno se comprometen a brindar apoyo a las víctimas y sus familias. Este trágico suceso pone de manifiesto la necesidad de mejorar las condiciones de las carreteras y promover una mayor conciencia vial en el país.